sábado, 14 de noviembre de 2009

Nota sobre la campaña “El placer está en tus manos” financiada por la junta de extremadura

Escrito por Ramón Piñero Mariño, Delegado Episcopal de Familia y Vida en Coria-Cáceres
viernes, 13 de noviembre de 2009




Delegación Episcopal de Familia y Vida

Diócesis de Coria-Cáceres

No podemos guardar silencio ante la campaña financiada por la Junta de Extremadura titulada “E placer está en tus manos”, cuya finalidad es una pretendida educación sexual-afectiva, y que consiste, entre otras cosas, en enseñar a los jóvenes, para que “estimen” su corporalidad, diversas técnicas masturbatorias producidas por sí mismos o con la ayuda de artificios. Ante esto, queremos afirmar:

1º. Nos parece una barbaridad, que en estos tiempos de crisis, se emplee el dinero público en divulgar este tipo de mensajes. Además, nos parece especialmente errónea la concepción de la sexualidad y de la persona en general que está en el trasfondo de la campaña: un ser humano reducido a objeto de placer y que olvida la finalidad natural de la sexualidad, destinada a la unión por el amor y a la procreación. La campaña invita al joven a centrarse en sí mismo, en el autoerotismo individualista, y a olvidarse del otro, a quien se desecha cuando no se le necesita.

2º. Desde la Delegación Diocesana de Familia y Vida queremos ofrecer una verdadera educación afectivo- sexual, que busque la realización plena, la felicidad del hombre y de la mujer, y que tenga en cuenta una correcta concepción del ser humano, respetando en primer lugar su naturaleza real y su ser persona abierta al amor y a la vida, porque lo que califica a la persona humana es su capacidad de relación. Para eso hemos comenzado el año pasado a impartir cursos de formación de monitores en Educación Afectivo-Sexual, el año 2010 celebraremos el segundo, y estamos preparando a los monitores titulados para impartir esta educación a todas las parroquias y grupos de jóvenes que lo pidan.

3º. Nos parece muy importante que los niños y jóvenes reciban una correcta educación afectivo-sexual, pero, en ningún caso, partiendo de los poderes públicos, debería tener un sesgo que afecte a la conciencia moral de muchos padres y de muchos jóvenes. Ojalá, entre todos, logremos unos jóvenes felices y responsables.

Ramón Piñero Mariño, Delegado Episcopal de Familia y Vida en Coria-Cáceres

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