Stabat Mater” es una expresión en latín que significa “Estaba la Madre”. Es el comienzo de un himno medieval atribuido a Jacopone da Todi (siglo XIII), y su frase completa es:
Stabat Mater dolorosa / juxta crucem lacrimosa / dum pendebat Filius
Estaba la Madre dolorosa / junto a la cruz llorosa / mientras colgaba su Hijo.
Pocas adversidades en la vida personal de alguien son comparables al dolor que experimenta una madre ante la pérdida de su hijo.
Hoy Viernes de Dolores, Viernes de la Quinta Semana de Cuaresma, ha sido durante siglos un día destinado a acompañar a la Santísima Virgen María en su sufrimiento como ella , acompañó a su Hijo Jesús hasta el final, viviendo en carne propia el sufrimiento de su Pasión.
El Viernes de Dolores es el umbral de la Semana Santa, antesala del Domingo de Ramos, inicio de la Pasión de Cristo.
María , madre fiel, que estuvo presente en todos los momentos cumbre de la vida de Jesús: desde su nacimiento hasta la Cruz. En este Viernes de Dolores, somos llamados a meditar sobre el dolor que experimentó al ver sufrir a su Hijo, un dolor que nos conecta a todos con el misterio de la muerte redentora de Cristo.
No es difícil encontrar una iglesia en León donde contemplar una imagen de la Virgen de los Dolores,, buscando esa conexión espiritual que te permita sentir su sufrimiento y ofrecerle tu propio dolor. Aunque hoy es casi preceptivo acudir a la procesión que recorrerá esta tarde las diversas calles del casco histórico de León, la Plaza del Grano, la Catedral y la Plaza Mayor. Contemplando las paradas que la comitiva procesional realizará para entonar , el canto de la Salve en el Real Monasterio de las RR.MM. Benedictinas (Carbajalas) y en la Plaza de Santo Domingo.
Y mientras contemplar esa imagen, ese rostro de María que muestra una expresión serena y contenida, transmitiendo una mezcla de dolor y aceptación.
Este Viernes de Dolores nos invita, pues, a entrar en el misterio de la Pasión, donde el sufrimiento de Jesús y de María nos enseñan que el dolor no es un fin, sino un camino hacia la salvación. Una preparación para vivir el Misterio Pascual, en el que la muerte de Cristo da paso a su resurrección gloriosa. Y entonces la Madre dolorosa se tornará en madre gozosa y gloriosa. En Regina caeli, laetare. Y lo celebraremos.
Pero hasta que llegue ese momento , queridos oyentes, vivamos estos días y ojalá nuestra Semana Santa lo sea.
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