domingo, 22 de enero de 2023

UNA MANADA DE CAMELLOS

 Por una manada de camellos.

Para CCC 12 de enero de 2023.

 

 


 

Estaba decidida a quemar las naves, Difuminada en una sórdida existencia, demasiadas noches durmiendo más sola que el pato del Manzanares que decía Sabina. Las ausencias de Julio Alejandro y su pertinaz olor a hembra descarriada que me traía por las mañanas hacían infumables mis desayunos entre magdalenas y el sexo convexo. Por las mañanas mi marido llegaba con unas  ojeras más prominentes Que las del doctor Jiménez del oso en sus momentos de lamentos para psicológicos. Cuando el señor de la casa aparecía por las mañanas lo hacía pidiendo a gritos la cama pero como decía Anita Torroja la suya era de otra variedad. Entonces mi grupo de amigas estalló en una idea nueva . Sería un viaje rápido, Una escapadita en avión, Un inolvidable fin de semana cruzando El Mediterráneo. Hacia África Tetuán, la llamada paloma blanca, según el significado de su nombre, sangre mora, fiesta, desenfreno. Mientras desgranaban su placentero plan se escuchaba de fondo la venganza de Shakira una loba como yo no está pa tipos como tú uh-uh-uh. El cielo me hablaba, estaba claro, aquello era una señal.

Tiembla, Pedro Alejandro.

Mi madre me había regalado su extra de Reyes para comprar la Thermomix 6 Pero mis manos deseaban ahora otra masa. Además la igualdad de género Se obstinaba en pasar de largo sin parar por delante de la puerta de casa. Se había largado subida en un tranvía llamado deseo.

Recorde las duras facciones de Marlon Brando, Sus músculos torneados, Y cierto aire morisco Agitó las entretelas de mis más íntimos deseos.

Tiembla, Pedro Alejandro.

Aquellos mensajes de was lo rebelaban todo, el El trajín de prendas bailando en el tambor de la lavadora, Tanta pulserita de adolescente anacrónica a los cincuenta tacos, Ya que el perfume extraño se hace una do de mezclas Aromáticas, de fragancias varias.






Así que decidí unirme al planazo y comencé a empaparme de Cultura árabe. Si viajas a Marruecos empápate de expresiones para hablar de amor al estilo moruno. Habibi, Qué quiere decir amado, Anda como en aquellas jarchas que estudiábamos en la literatura de bachillerato y que nos hablaban de mujeres agarenas ardientes, Cuyas cuitas amorosas nos aceleran el pulso y los sentidos.

Si no hubiera sido por aquel desayuno familiar…

.- Mamá ¿ya tienes seguro médico?

.- Sí

.- ¿ Y el pasaporte?

.- También.

.- El hotel es de los buenos no? Mira que allí los hosteleros tienen otro rollo.

.- Pues sí tiene una valoración de 9,7 en booking los dueños son una decoradora y un periodista.

.- Vaale, Pues a ver por cuántos camellos te cambiarán.

.- Vamos a ver Elena ¿y eso?

.- Sí mamá, tú pones en Google calculador de camellos, eliges idioma y calculas en camellos a tu pareja. Indicas la edad, altura, color de pelo, longitud, Color de ojos coma tamaño de los pechos y figura seas flaca, Deportista, normal, re gordita o gorda al final le das a calcular y sale el resultado.

Realizado el proceso el mío en principio me pareció digno: 34 camellos

Fuimos calculando oportunamente el valor de cada 1 de los miembros de la familia punto el de Julio Alejandro, que también era intercambiable arrojaba un valor de 41, partía de ventaja por su condición de macho Alfa.

Probé a hacerlo con la pájara blanca com a la de las esencias clandestinas:

Edad 32 altura 165 color de pelo Rubio de bote longitud del pelo largo color de ojos marrones pechugona flaca

Resultado 60 camellos.

Tiembla, Pedro Alejandro. ¿Tú sabes cuánto comen y beben esos bichos?

 

La decisión fue clara y contundente.

Me quedo en casa, De irse que se vaya ella.

Cambiarme a mí por una manada de jorobas o por un par de buenas razones, para razones las mías, defender mi territorio y mi gente. Me quedo con la mía, con mi manada.

Respecto a la pájara dejé de preocuparme. Ya se me ocurriría algo. Pedro Alejandro es voluble, se casa enseguida de todo, y en casa las cuentas las llevo yo, a ver a dónde iba a ir este sin mí. Hay mucha loba aquí dentro y soy  mujer de recursos aunque  África y ese tranvía llamado deseo  no me quieran.

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