Acompañando a mamá.
Este domingo, 22 de mayo, celebramos la Pascua del Enfermo con el lema, «Acompañar en el sufrimiento».
Por ello los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social recuerdan que los Evangelios nos narran los continuos encuentros de Jesús con las personas enfermas para acompañar su dolor, darle sentido, curarlo. Por eso, afirman, “como discípulos suyos, estamos llamados a hacer lo mismo”. Nos recuerdan, en este sentido, la necesidad de acompañar a los que sufren cualquier tipo de enfermedad, ya sea de las más habituales, ya de otras menos visualizadas que provocan un sufrimiento.
Pienso en una compañera con la que tomaba café esta semana. Operada de los dos pechos, me contaba con una amplia sonrisa llena de naturalidad, su batalla contra el cáncer. En su lucha su pequeña hija Irene de 9 años ha jugado un papel fundamental. Desde el principio mi compañera fue franca con su pequeña y en un tono optimista y vigoroso le ha contado la verdad para que la niña pueda entender los distintos estadios por los que ha visto a mamá desde la caída de pelo, hasta esas bolsas de drenaje que le han acompañado.
Un día durante la misa dominical la niña la preguntó: ¿mamá, no vas a comulgar?. ¿No ves lo que ha dicho el sacerdote que dijo Jesús? El que coma de este pan viviré eternamente. Vete mamá. La profesora del cole se ha sorprendido ante la madurez de la pequeña.
Estos niños. Siempre dando en la diana. En ellos está Cristo hablándonos.
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