Algo debes escribir estos días, Violeta. Aunque sea poquito...
Lucía una colorista blusa repleta de bandadas de pequeños pájaros de largo pico y fina estampa, pululando por todas las rendijas de su vaporoso tejido.
Sus ojos luminosos, bondad entreverada, se asomaban sobre la mascarilla uniformizadora.
Alabé la belleza del diseño de la prenda. Repleta de sonrisa enmascarada hilvanó divertida:
“¡Oh estamos ahora con las - maldita memoria, no logro recordar el nombre, pero era un género animal - así que me pareció oportuno ponerse una blusa de colibríes. Me encantan.”
Suerte tener semejante profesora. Me alejé de la sala, mientras la coleta de Inés se movía al compás de sus pisadas, como el dulce y selecto vuelo del ave picaflores que sobrevuela.
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