Estos días Malawi ha ocupado las mentes y corazones de los alumnos de "Reli" del IES Antonio García Bellido.
De la mano de la Hermana Maria Josefa Lara o Mari Pepa -como ella nos ruega encarecidamente que la llamemos - hemos recorrido Malawi, un país situado al sureste de África que ostenta el título de ser uno de los menos desarrollados del continente a la par que uno de los más densamente poblados. Tiene un bajo índice de vida y una alta tasa de mortalidad infantil
Malawi es un vocablo africano que traducido al castellano significa llamaradas. Su nombre es también el del lago que recorre este país ocupando casi una sexta parte del mismo. Este lago ostenta el título de ser el más largo de África.
Gracias a esta Carmelina Misionera -de la familia carmelita fundada por el Beato Francisco Palau- hemos conocido la belleza del paisaje y las gentes de este país africano - los bantús - tan castigado por el hambre, la pobreza y el SIDA.
Mari Pepa estuvo con todos los grupos de ESO y Bachillerato de Religión Católica. Con una estupenda presentación que ella misma elaboró iba desgranando sus historias mientras los alumnos la escuchaban con un silencio inusitado. Mirando sus ojos era fácil describir la fascinación que las palabras de Mari Pepa ejercían sobre ellos
Momento especial sin duda el que vivieron cuando la hermana recitó el Padrenuestro en una de las principales lenguas indígenas del país: el chichewa.
Sus manos ágiles, recias y fuertes danzaban conforme avanzaban las explicaciones dibujando las historias y reviviendo los episodios de aquellas gentes. Manos expresivas, firmes, que asistieron partos, sanaron heridas, resarcieron tristezas, aliviaron corazones, inyectaron vida, devolvieron sueños.
Gracias a ella viajamos al mundo del subdesarrollo y la miseria, pero también al de la veracidad de los amigos que lo son de verdad.
Su aspecto elegante casi cosmopolita contrastaba con la sencillez del sencillo crucifjo de madera y factura genuinamente africana, que pendía de su cuello. Se adivinaba: Aquí radica mi fuerza. Sin Él nada es posible.
"Un muchacho africano que volvió con nosotros al mundo desarrollado no podía explicarse cómo era posible que hubiéramos renunciado a nuestro civilizado mundo por irnos con ellos".
Dejar el cielo por el infierno -pensarían .- ¿pero acaso puede ser un infierno un sitio donde la gente sonríe tanto a pesar de tener tan poco?
La historia se repite: la curva de la sonrisa es inversamente proporcional al grado de desarrollo.
Ellos en su miseria saben compartir y ser agradecidos. A nosotros nos cuesta saludar al vecino de escalera.
Mari Pepa y yo nos conocimos casi por casualidad y cuando la escuché hablar sobre la trata de personas -tema en el que tiene una larga experiencia por su colaboración a través de la Organización de religiosos y religiosas Talita Kumi - supe que tenía ante mi a una de esas personas que no se pueden dejar marchar sin haber escuchado antes de una manera plena. Luego descubrí que también había sido misionera y que había viajado por muchos países.
Será dificil olvidar esa sensación de plenitud que experimentamos. Será difícil también olvidar el final de su intervención cuando sus ojos y su mente parecían volver a aquellos lugares remotos tan lejanos y distintos poblados por gentes de piel oscura:"Mil vidas que tuviera mil vidas que las gastaría en África"
Esta profesión es lo que tiene. Permite tener una vida cuajada de intensos momentos, repleta de experiencia y vivencias que oxigenan el alma ¡y de qué manera!
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