Carta del Císter de Buenafuente del Sistal para el Tiempo Ordinario
En su primera etapa, el tiempo litúrgico ordinario se extiende desde el lunes 9 de enero al martes 21 de febrero de 2012 ya que el miércoles 22 de febrero será ya miércoles de ceniza e inicio de la Cuaresma 2012
Después de unos días de vacaciones, de fiesta y para muchos de encuentros extraordinarios con la familia y los amigos, se abre ante nosotros el tiempo ordinario, llamado también, en su primer tramo, cuesta de enero.
Después del posible cansancio que supone todo el tiempo de fiestas, por las compras, los viajes, la preparación de comidas extraordinarias, se agradece el tiempo sereno, ordinario, en el que se vuelve a la tarea profesional y doméstica.
Es un tiempo propicio para avivar la consciencia y no perecer en la posible reacción de tristeza. En estos casos ayuda mucho la sana emulación, traer a la memoria modos de vida de personas concretas que permanecen ante nosotros con verdadera fidelidad, haciendo de cada día la artesana tarea de construir espacios de convivencia, de familia, de amistad, de fe, de oración.
En el calendario litúrgico, curiosamente, nada más comenzar el año, se nos invita a considerar la vida de dos monjes santos y amigos, San Basilio el Magno y San Gregorio Nacianceno. De ellos se dice que eran como las cuerdas de la lira, y se proponían hacer el uno al otro mejor. “Nos confesamos mutuamente nuestras ilusiones y que nuestro más profundo deseo era alcanzar la filosofía, y, ya para entonces, éramos el uno para el otro todo lo compañeros y amigos que nos era posible ser, de acuerdo siempre, aspirando a idénticos bienes y cultivando cada día más ferviente y más íntimamente nuestro recíproco deseo.”
Es tiempo de ayudarnos mutuamente, de ser referencia estimuladora. Los días recios son propicios para demostrar la amistad, el ofrecimiento generoso. Si la situación ambiental, social, laboral, económica puede producir desasosiego, la referencia de los amigos libera de sucumbir en el aislamiento pesimista.
En nuestro camino contamos con la amistad y la presencia de quien se ha hecho uno de nosotros, Jesús, el hijo de María, quien se nos irá presentando, domingo tras domingo, como modelo y como mejor estímulo.
Contad siempre con la ayuda de la oración de los santos, de aquellos amigos invisibles que ofrecen de manera gratuita su entrega diaria por todos. Suelo decir que sabemos lo que nos pasa, pero no lo que no nos pasa, gracias a que otros, de manera anónima, levantan sus brazos orantes por nosotros.
¡Fecundo tiempo ordinario!
Disfrutemos del tiempo ordinario.!
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