Caminábamos por la calle. Las tres asidas de la mano en conversación desenfadada.
.-Rebeca, ayer nos dijo vuestra tutora que en el Cole hay niños que no saben cómo se llaman sus papás.
.- Pues yo si se cómo te llamas: Marta
.- Y a ti que te gusta más llamarme mamá o Marta.
.- Pues mamá, porque tu además eres de derecho a vivir.
Mientras por la otra acera pasa una mujer mayor, como de unos setenta años, agarrada de otra que parece ser su cuidadora. Camina despacio. Se apoya de un bastón.
.- Mira mamá - dice Rebeca señalando a la mujer mayor .- ella si que tiene derecho a vivir.
Y a renglón seguido, hilvanando una frase con otra de una manera natural, como sólo saben hacer los niños apostilla. ¡Mamá, ¿a que Dios resucitó?!
.- Pues claro que sí hija, Jesús resucitó y demostró que la vida siempre vencerá.
.- Pues Olvido este año nos va a dar catequesis...
Y mientras tanto me maravillo de cómo una criatura de tan sólo 5 años puede tener esa capacidad de deducción, y me alegro de que apunte maneras - tengo una pequeña provida en casa - y me acuerdo lo que Él decía “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y se las ha dado a conocer a los sencillos”...
Dedícate a cosas más productivas...anónimo...
ResponderEliminarPor cierto ¡qué mal te sientan los lunes! :-)
Los niños tienen auténtica sabiduría. ¡Enhorabuena!
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