miércoles, 10 de febrero de 2016

PRACTICIDAD AL PODER (ABSTÉNGANSE LAS CIGARRAS)



    Todas las decisiones que se toman deben ser fríamente analizadas apelando a la estadística. Es necesario anotar los pros y contras valorando pormenorizadamente las consecuencias que se deriven de una elección u otra. Prever riesgos, medir distancias, restringir palabras, esconder sentimientos y podar todo aquello que nos aleje de nuestro objetivo inmediato. Rebajar con agua la sangre de las venas hasta asimilarla a la horchata. Eso es hacer un perfecto análisis de riesgos en aras a lograr un éxito total. Una vida confortable y perfectamente encajada. Asepsia y compostura, unas gotitas de no me complico, un toquecito de primero los míos y yo y ahí tenemos el cóctel perfecto. Listo para servir y gozar.
    Ahora entiendo por qué nunca me gustó la empresa privada ni las películas de ciencia ficción protagonizadas por robots, salvo la de Wall-E, pero es que ¡aquel robot era pura humanidad!


       Prefiero tomar decisiones meditadas con el corazón en la mano aun cuando puedan llevárselo a pedazos, siempre puede recuperarse con un buen plan de rescate participado por familia y amigos. Paso a menudo de valorar los pros y contras y fiarme de mi intuición que puede engañar pero a buen seguro reportará una íntima felicidad aun cuando sea temporal. Lo de prever riesgos puede que sea más prudente pero ¿acaso no valoramos la espontaneidad de una sonrisa fresca y la mirada limpia que nace de la autenticidad?. 

    Se necesitan defensores de causas perdidas, las otras ya tienen bastantes adeptos. 
Precisamos poseedores de miradas nuevas que recuperen otra visión de la vida.

   ¡¡La monotonía de lo correcto resulta tan aburrido!!

   Puede irse la piel cuando nos salimos de los parámetros fijados. Surge el rechazo, la incomprensión e incluso la burla. Parece pender siempre la espada de Damocles de la conveniencia y la compostura. 
Pero siempre es posible escaparse de la implacable crítica de los correctos haciendo una pirueta acompañada de una sonrisa. 

  En esto días en que casi nadie es capaz de dar algo a cambio de nada la practicidad se ha convertido en moneda de cambio. Ahoga tanta compostura. Axfisia la falsedad. Todo el mundo habla de la crisis y los pobres, pero nadie quiere a los damnificados a su lado, para eso están Cáritas, Manos Unidas y todas esas instituciones ¿no?, que bonito es el voluntariado, siempre y cuando lo hagan otros que yo bastante tengo con lo mío.

    Por cierto, hablando de crisis y sus víctimas...en la Biblioteca Pública de León  premian a los despistados con buen corazón. Si llevas los libros fuera de plazo te pueden perdonar la multa a cambio de donar alimentos para Cáritas. Por una vez las cigarras despistadas podrán prestar un servicio a sus semejantes regalando comida a cambio de despistes. Nada práctico, pero muy loable. Una buena obra para esta Cuaresma que comienza hoy. 

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