domingo, 31 de enero de 2010

HE RECIBIDO EN MI CORREO ESTA NOTICIA. CONSIDERO QUE ES ALGO IMPORTANTE Y QUIERO COMPARTIRLO CON VOSOTROS.

Estimado/a defensor de la vida:

Hace unas semanas te comentaba el proyecto de puesta en de un Centro Internacional para la Defensa de la Vida Humana (CIDEVIDA).

Esta iniciativa pretende informar de la realidad de lo que supone el aborto y que hoy es posible conocer de forma explícita por los avances técnicos de la medicina en los últimos años. También pretende dar a conocer las alternativas reales y positivas que existen para ayudar a las mujeres con problemas ante el embarazo.

Hoy tengo una buena noticia: para ubicar el CIDEVIDA, nos han cedido una importante y representativa sede que es la Iglesia de San Juan Bautista de Tordesillas (S.XVI), que puedes ver en esta foto.

La exposición permanente recogerá -en diversos espacios- la verdad sobre el origen de la vida, así como los horrores del aborto; explicaciones visuales y científicas que muestran la realidad de lo que el aborto es y el drama de los millones de vidas eliminadas.

Todo la exposición, que se instalará de forma permanente, tendrá carácter científico y el equipo directivo estará formado y dirigido por profesionales de prestigio: catedráticos, médicos, abogados, artistas etc.

El CIDEVIDA se presenta como el primer centro de estas características que se pone en marcha en todo el mundo y estamos convencidos que va a ser todo un hito para frenar el avance de la cultura de la muerte. Te iremos informando de su desarrollo.

sábado, 23 de enero de 2010

Una triste historia que una mujer nunca debe dejar pasar...

La celebré canción de Pasión Vega perteneciente a su álbum Banderas de nadie de 2003

María pensó que el amor
era un mandamiento de dos
y esperando el primer beso
se hace vieja ante el espejo
y limpia su llanto
maquilla sus heridas
y se le va la vida.

Recuerda la primera vez
que él le juró que fue sin querer
y en los hijos que vivieron
prisioneros de su miedo,
María soñaba con ser la princesa
de los cabellos de oro
y la boca de fresa.

María se fue una mañana
María sin decir nada
María ya no tiene miedo
María empieza de nuevo
María yo te necesito
María escapó de su grito
se bebe las calles María...

Ella nunca dice que no,
es la esclava de su señor
ella siempre lo perdona
a sus pies sobre la lona,
su patria es su casa
su mundo la cocina
y se le viene encima.

Un día dejó el corazón
abandonado en su colchón
solo piensa en ver su cuerpo
¡ay! del quinto mandamiento
María no tiene color en la sangre
María se apaga y no lo sabe nadie.

María se fue una mañana
María sin decir nada
María ya no tiene miedo
María empieza de nuevo
María yo te necesito
María escapó de sus gritos
se bebe las calles María...

María se fue una mañana
María sin decir nada
María ya no tiene miedo
María empieza de nuevo
María yo te necesito
María escapó de sus gritos
se bebe las calles María...

María pensó que el amor
era un mandamiento de dos...

martes, 12 de enero de 2010

Madrid abrirá un nuevo centro de abortos | HazteOir.org


Según la plataforma Retiro por la Vida, el centro de abortos ‘Policlínica Retiro’ podría abrir sus puertas en este mes de enero. Situado en la C/ Lope de Rueda, 45, el centro es propiedad del sirio licenciado en medicina Mohamed Rafik Denhi, propietario además del centro de abortos Callao.

La misma plataforma vecinal informa que el centro de abortos ‘Policlínica Retiro’ cuenta ya con las licencias del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid. El concejal de Retiro, Luis Asúa y el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, ya han otorgado los permisos municipales y sanitarios para la apertura.

“La plataforma Retiro por la Vida va a visualizar el rechazo del barrio a la presencia de un centro de abortos; ya hemos recogido 5.000 firmas de vecinos en contra DE la apertura”, señala la portavoz de la plataforma, Carmen Bueno. “No queremos muertes en nuestras calles; haremos lo que sea necesario para que el centro no vea la luz”, añade Carmen de Ribera, también portavoz de la plataforma.

Por su parte, la doctora Gádor Joya, ha manifestado el apoyo de DAV ante el rechazo de que se abran más clínicas abortistas, a la vez que pide al PP que se aclare ante esta situación en la que el partido popular se está contradiciendo nuevamente

SOBRE LA PERSONALIDAD DE UN DEFENSOR DE LA VIDA. PARTE TERCERA


4. Comprensión

Recuerdo a una adolescente desesperada que se había quedado embarazada y sufría fuertes presiones para abortar. Durante varias semanas, había buscado ayuda, pero no sabía a quién dirigirse. Cuando hablé con ella, le pregunté por qué no había dicho nada a su amiga que colaboraba fervorosamente en una asociación pro vida. “Imposible –me respondió–. No puedo hablar con ella sobre estos temas. Sería un escándalo para ella. Nuestra amistad acabaría”. Pero, cuando alguien ha caído en las profundidades del dolor, ¿no es precisamente el amigo, la amiga, quien debe luchar por él y con él? “Sé solidario con los otros, sobre todo cuando sean culpables”, reza un proverbio francés.

En un momento de desaliento, de fracaso o de angustia, es tremendamente importante encontrar a una persona que comprenda, que no riña, que no clasifique fríamente, sino que sea capaz de compartir los sentimientos –tantas veces contradictorios–, que se encuentran en el corazón humano. Hay momentos en los que cada hombre –incluso el más cruel asesino– necesita consuelo y alivio. El criminal americano Crowley, condenado a la silla eléctrica por matar a mucha gente, escribió poco antes de su muerte: “Tengo bajo la ropa un corazón fatigado, un corazón bueno: un corazón que a nadie haría daño”.

¿Sabemos lo que ese hombre ha vivido? ¿Conocemos las manipulaciones y presiones a las que estaba expuesto desde su infancia, su vacío interior, su aburrimiento? ¿Qué ha provocado su desesperación y su odio? Hay una razón oculta por la que cada persona piensa y procede como lo hace. Si descubrimos esa razón, tendremos la llave de sus acciones, y quizá la de su personalidad.

En medio de un mundo lleno de situaciones terribles, estamos llamados a descubrir la posibilidad de una compasión. El gran escritor británico Graham Greene afirma: “Si conociéramos las cosas hasta el fondo, tendríamos compasión hasta con las estrellas”.

No me refiero, por supuesto, al ejercicio de la justicia pública; no se trata de saldar un castigo. Hablo sencillamente de la actitud de una persona concreta frente a otra, que se ha hecho culpable. En la vida diaria, no nos compete condenar a otros, ni juzgar sobre sus intenciones. Cuando estos actos se realizan “en la calle”, a menudo no están exentos de una gran dosis de morbo farisaico. Además, inician un nuevo ciclo de violencia y de opresión. La única liberación verdadera es aquella que toca el corazón y mueve a cambiarlo, con la gracia de Dios.

Un comentario mordaz o cínico no ayuda nada, sino que hunde al otro todavía más en la miseria. En cambio, si éste nota un verdadero interés, una auténtica preocupación por su persona y situación, puede ser que reaccione favorablemente. La comprensión tiene un efecto sanante.

Es preciso comprender que cada uno necesita más amor del que “merece”; cada uno es más vulnerable de lo que parece. Y hasta la persona más violenta puede arrepentirse de sus faltas, puede cambiar y crecer mientras viva. “No hay pecador sin futuro, ni santo sin pasado”, dice la sabiduría popular.

Comprender es tener la firme convicción de que cada persona, independientemente de todo el mal que haya hecho, es un ser humano capaz de hacer el bien. Nadie está totalmente corrompido; en cada uno brilla una luz. Al comprender, decimos a alguien: “No, tú no eres así. ¡Sé quien eres! En realidad eres mucho mejor”. Queremos todo el bien posible para el otro, su pleno desarrollo, su dicha profunda, y nos esforzamos por quererlo desde el fondo del corazón, con gran sinceridad.

Existen, realmente, estas personas que saben dar cariño y esperanza a los demás. Su presencia engendra una sensación de bienestar. Los otros saben que están en buenas manos, cuando están con ellas; saben que son estimados y queridos, a pesar de todos sus fallos. Pueden dejar sus cargas, descansar y descubrir valores que, quizá, nunca hayan conocido.

II. SER CAPAZ PARA LA AMISTAD

Si deseamos que otro se desprenda, realmente, del error, de la equivocación, de la fealdad o de la maldad, y que se abra a nuevos conocimientos, es preciso entrar en una relación amistosa con él. Se acepta un consejo cuando hay confianza. Se sigue a un amigo y a nadie más.

La amistad proporciona un nuevo brillo a nuestra existencia y hace más amable nuestra vida. Goethe lo expresa de un modo poético: “Nuestro mundo parece muy vacío –afirma–, si lo imaginamos sólo lleno de montañas, ríos y ciudades. Pero sabemos que aquí o allá hay alguien que está en sintonía con nosotros, alguien con quien seguimos viviendo, aunque sea en silencio. Esto, y solamente esto, hace que la tierra sea un jardín habitable”.

Precisamente ante la masificación y el anonimato, tan característicos de nuestra época, necesitamos lugares cálidos, espacios en los que podamos sentirnos como en casa. Donde hay amigos, surge la experiencia de la confianza, la experiencia del hogar. Para muchos contemporáneos, la amistad es su hogar y su patria en medio de una tierra sin patria y sin hogar.

Quien tiene amigos de otros partidos políticos, otras profesiones, religiones y nacionalidades, es una persona dichosa. Se le abre un mar sin orillas. Tratando y queriendo a la gente más variada, se amplía su mente y se ensancha su corazón. Recibe mucho y entrega mucho. Es quien mejor puede orientar a los que parecen estar en una situación sin salida.

Por supuesto, la amistad no se puede forzar. Es un don de lo alto. Pero podemos capacitarnos para recibir este don.

domingo, 10 de enero de 2010

SOBRE LA PERSONALIDAD DE UN DEFENSOR DE LA VIDA. PARTE SEGUNDA

Sobre la personalidad de un defensor de la vida" es un artículo de la prof. de Teología dogmática y ecumenismo de la Universidad de Navarra Jutta Burggraf leído en el marco del I Congreso Internacional Provida celebrado en Zaragoza el pasado mes de noviembe de 2009. Continuamos reflexionando sobre el mismo.

2. Humildad

El “defensor de la vida” está dispuesto a oponerse –contra viento y marea– al mal en nuestro mundo. Por esta causa, vale la pena perder el prestigio social y gastar hasta las últimas energías.

Sin embargo, tenemos que reconocer que todos somos débiles y podemos cansarnos. Todos participamos en el mal. Durante la II Guerra Mundial, el escritor trapense Thomas Merton afirmó con contrición, desde América: “Que cada uno reconozca su propia gran culpa, ya que todos somos, de algún modo, culpables de esta guerra... Nosotros somos un árbol del cual Hitler es uno de sus frutos, y todos le alimentamos”.

Según uno de sus biógrafos, Merton sabía muy bien “que el pecado, el mal y la violencia que veía en el mundo, era el mismo pecado, el mismo mal y la misma violencia que había descubierto en su propio corazón… La impureza del mundo era un espejo de la impureza en su propio interior”. En la soledad y en el silencio, Merton tomó conciencia de que en él vivía la humanidad entera, con toda su miseria, pero también con su anhelo de amor: encontró el mundo en su propio territorio.

Estas experiencias nos invitan a mirar hondamente la condición humana, y a hacer menos radicales nuestros juicios sobre situaciones complejas. No hay sólo dos colores, el blanco y el negro: el mundo no está lleno de pecadores, por una parte, y de mártires que mueren cantando, por otra.

Este hecho lo ilustró Juan Pablo II en su visita al campo de concentración, en Auschwitz. Cuando el papa entró en ese lugar de espanto, donde habían muerto muchos de sus amigos y compañeros de la infancia, no dio ningún sermón, ninguna amonestación. Comenzó a rezar la oración del “ Yo confieso ” pidiendo perdón a Dios por sus propios pecados.

Todos estamos profunda y personalmente involucrados en los acontecimientos de nuestro mundo. Si aceptamos humildemente este hecho y miramos al centro más íntimo de nuestro ser, podemos mejorar, al menos, una pequeña porción de la sociedad, de la que formamos parte. Y entonces podemos ver, con ojos más limpios, que, aparte de todos los errores, hay mucho bueno y bello en los demás.

Se cuenta que el general Robert Lee habló, en alguna reunión, en los términos más elogiosos sobre algún oficial bajo su mando. Otro militar que estaba presente quedó atónito: “ General –le dijo– ¿no sabe que el hombre del que habla con tanta admiración es uno de sus peores enemigos, que no pierde ocasión de denigrarle? ” “ Sí –respondió el general Lee–. Pero me pidieron mi opinión de él, no la opinión que él tiene de mí ”.

Sólo cuando luchamos por ser sinceramente humildes, existe la posibilidad de que otra persona nos abra su corazón. A veces conviene hablar primero de nuestras propias faltas, de los propios errores. El sabio chino Laotse dijo hace 25 siglos: “La razón por la cual los ríos y los mares reciben el homenaje de cien torrentes de la montaña es que se mantienen por debajo de ellos. Así son capaces de reinar sobre todos los torrentes de la montaña”. De modo parecido tendría que actuar quien quiere transmitir una verdad: debe colocarse debajo de los hombres. Así, los otros no sienten su peso, y no toman sus palabras como insulto.

Aparte de ello, cada hombre es, realmente, superior a nosotros en varios aspectos. En este sentido, podemos aprender de todos.

3. Saber escuchar

Una de las consecuencias inmediatas de la humildad es la capacidad de acoger y escuchar al otro. A veces, se necesita mucho carácter y dominio de sí mismo para no exasperarse inmediatamente. Sin embargo, el enfado y los reproches son inútiles, porque ponen a la otra persona a la defensiva y, por lo común, hacen que trate de justificarse. Herir al otro con críticas punzantes , no sólo no corrige, sino que agrava la situación. Las heridas pueden crear resentimientos que, a veces, perduran décadas y siguen ardiendo hasta la muerte.

Cuando alguien se equivoca, quizá lo admita para sus adentros. Y si le sabemos llevar, con suavidad y con tacto, quizá lo admita también ante nosotros. Pero no ocurre así cuando tratamos de convencerle a toda costa de que no tiene razón.

El secreto para actuar con tranquilidad consiste en no identificar a la persona con su obra. Todo ser humano es más grande que su culpa. Un ejemplo elocuente nos da Albert Camus, que se dirige en una carta pública a los nazis, y habla de los crímenes cometidos en Francia: “Y a pesar de ustedes, les seguiré llamando hombres… Nos esforzamos en respetar en ustedes lo que ustedes no respetaban en los demás”. Cada persona está por encima de sus peores errores.

Casi todos hablamos demasiado, cuando tratamos de atraer a los demás a nuestro modo de pensar. Primero tiene que hablar la otra persona. Ella sabe más que nosotros acerca de sus problemas, de sus luchas y sus sufrimientos. Es preciso crear un clima en el que puede hablar sin medir sus palabras, puede mostrar sus debilidades sin temor alguno a que se le censure.

Estamos llamados a empeñarnos en el difícil arte de ir al fondo con los demás, de no quedarnos en lo que dicen, sino llegar a lo que quieren decir, de no oír solamente palabras, sino mensajes. Con frecuencia, conviene asumir la función de papelera o de cubo de basura. Tal vez la escasez de estos “oyentes papelera” sea la causa de una soledad angustiosa de tantas personas: están llenas de sentimientos destructivos y de experiencias horribles, que no pueden compartir con nadie.

Si nos vemos en desacuerdo con la persona que habla, podemos estar de interrumpirla. Pero es mejor no hacerlo; así no la ayudamos. Ella no nos prestará atención, mientras tenga todavía una cantidad de ideas y vivencias propias que reclaman expresión. Lo primero no es dar consejos, sino estar al lado del otro.

Tenemos que escuchar, tranquilamente, hasta el final. La palabra que se queda dentro de una persona puede ser la decisiva. Y justamente esta palabra tiene que salir. Por eso –advierte Guardini–, hemos de ejercitarnos para “ver, escuchar, sentir cómo, detrás de un sentimiento que se muestra, detrás de un pensamiento que se expresa, hay mucho más que permanece oculto; y cuando lo que ha estado oculto es finalmente conocido, puede ser que detrás de ello exista todavía más”.

Los mejores conversadores no son los que hablan bien, sino las personas que se interesan por lo que dicen los demás.

sábado, 9 de enero de 2010

SOBRE LA PERSONALIDAD DE UN DEFENSOR DE LA VIDA. PARTE PRIMERA


SOBRE LA PERSONALIDAD DE UN «DEFENSOR DE LA VIDA»

Sobre la personalidad de un defensor de la vida" es un artículo de la prof. de Teología dogmática y ecumenismo de la Universidad de Navarra Jutta Burggraf leído en el marco del I Congreso Internacional Provida celebrado en Zaragoza el pasado mes de noviembe de 2009. en los próximos días dedicaré varias entradas para reflexionar sobre este tema que me parece fundamental. Para defender la vida hay que renuncuar a una serie de preferenicas personales, simpatías, antipatías en pro de la unidad que lleva a la eficacia y efectividad:

¿Cómo ayudar a quienes parecen despreciar la vida? ¿Cómo orientar a las personas que, frente a situaciones límite, han elegido una salida que supone una tragedia: han optado por el aborto o la eutanasia

Recuerdo a una escritora alemana, Karin Struck. Fuimos amigas en la última época de su vida. Si ella no hubiera sufrido una muerte prematura (2006), seguramente estaría hoy entre nosotros, en este gran Congreso por la vida.

Durante muchos años, Karin fue una novelista famosa. En sus tiempos de universitaria, militó en el partido comunista; después, propagó el amor libre y la homosexualidad. Decidió vivir sola con sus cuatro hijos, sin marido ni novios.

Un día abortó a su quinto hijo. Aunque no practicaba ninguna religión y vivía ajena a los tradicionales códigos éticos, quedó profundamente asustada del acto que había cometido. Con su sensibilidad de artista, expresó su angustia en un libro titulado “Ich seh mein Kind im Traum” (“Veo a mi hijo en los sueños”, 1992).

A raíz de la publicación de ese libro, su vida cambió radicalmente. Las grandes editoriales le cerraron las puertas, y también las revistas importantes, la radio y la televisión rechazaron sus colaboraciones habituales. Karin quedó completamente marginada, eliminada de la mirada del gran público. Y tomó conciencia, cada vez más profunda, del grado de enfermedad de nuestras sociedades.

Fue una mujer radical y valiente. Cuando se dio cuenta de que estaba financiando –indirectamente– miles de abortos, por el mero hecho de pagar la seguridad social, se dio de baja en ella, junto con sus cuatro hijos. Pero pocas semanas más tarde, tuvo un accidente gravísimo con su hijo pequeño en el coche: tanto ella como el niño quedaron en coma, precisaban de varias intervenciones quirúrgicas y de largos períodos en el hospital. Desde el punto de vista de su situación económica, esto significaba que Karin había caído en la indigencia.

Sin embargo, ella no estaba sola. Los grupos pro vida –de Alemania, Suiza y Austria– y muchas personas singulares que la habían conocido a través de su libro contra el aborto formaron una red de ayuda para Karin. Le socorrieron tanto material, como espiritualmente; le dieron fuerza para replantear su vida desde los cimientos, y ánimo para salir adelante. En una de sus últimas cartas, Karin me contó: “Ahora limpio las casas de otras familias y, en algún momento, espero terminar mis estudios. Ya no soy famosa, ni quiero serlo. Por fin, estoy en paz”.

Me gustaría que mirásemos juntos a estas personas que ayudaron a Karin. Le dieron la ayuda económica, tan necesaria en una situación precaria. Pero le regalaron mucho más: le transmitieron una nueva alegría, una nueva esperanza en su situación dolorosa. Se puede decir que despertaban y defendían su vida de un modo integral.

En lo que sigue, no me refiero, por tanto, a lo que digan los “defensores de la vida” –que somos todos nosotros– a los grupos de presión o a algunos políticos. Tampoco me refiero a los panfletos que escriben, ni a las manifestaciones que organizan. Sólo quiero reflexionar con ustedes sobre nuestro comportamiento diario frente a personas concretas “del otro bando”: personas que han abortado o quieren hacerlo, que han pedido la eutanasia o quieren hacerlo.

Algunos de los “defensores” están organizados en asociaciones, otros no. Ordinariamente, no hace falta pertenecer a un grupo para defender la vida, aunque muchas veces sea oportuno. Sin embargo, no debemos olvidar que la potencia de un grupo depende de la personalidad de cada uno de sus miembros. Por eso, es tan importante empezar por nosotros mismos, si queremos defender la vida con eficacia


I. ALGUNAS ACTITUDES CONVENIENTES

Todos somos muy distintos los unos de los otros, y también las circunstancias en las que nos encontramos. Es bueno, además, que las diferentes personas tengamos diferentes maneras de actuar. Sin embargo, podemos destacar algunos rasgos comunes que, de un modo u otro, debería desarrollar cada “defensor”.

1. Fortaleza

Hace falta una buena dosis de valentía y de fortaleza para trabajar a favor de la vida en nuestra era de las dictaduras ocultas o manifiestas. Les voy a contar unos hechos que lo muestran con toda claridad.

Cuando cayó el Muro de Berlín, Alemania Oriental fue, de repente, un Estado libre, en el que regían nuevas leyes. Entonces, se abrieron los archivos de la policía secreta, y se descubrieron –entre miles de otros asuntos vergonzosos– algunos hechos especialmente considerables, que apenas fueron dados a conocer a los ciudadanos. La policía secreta de la Alemania comunista había estado muy pendiente de la destrucción de la moral pública y privada en Alemania Occidental. Empleó métodos muy precisos para frenar la defensa de la dignidad humana, del matrimonio y de la familia. Así, por ejemplo, cada vez que alguien se pronunciaba a favor de la vida –en la televisión, en la radio o en algún periódico–, recibía severas críticas en casi todos los medios. Era llamado “fascista”, intolerante y arrogante; fue despreciado, ridiculizado y –finalmente– callado. Muchas de las críticas llegaron con un nombre falso de Alemania comunista.

Si estamos dispuestos a trabajar a favor de la vida, necesitamos un corazón libre y fuerte. Tenemos que llegar a ser cada vez más independientes de los juicios de los otros. Un auténtico “defensor” acepta serenamente ser tomado por loco. En realidad, es más sano que una persona considerada “normal” en razón de su buena adaptación en nuestra sociedad, porque no renuncia a su capacidad de pensar por cuenta propia, ni a su espontaneidad; sigue, a pesar de los obstáculos, su propia luz interior, y se opone a todo lo que empequeñece al hombre, le masifica o cosifica, le manipula y engaña.

Antes de la despenalización de la eutanasia en los Países Bajos (1-IV-2002), ya era costumbre, en muchos hospitales, “hacer desaparecer” a los enfermos terminales clandestinamente, cuando a alguien le parecía oportuno. En esos tiempos, la madre de Piet, un conocido mío, estaba muriendo de una enfermedad dolorosa. En sus últimos días sufría enormemente y, estando toda la familia reunida en su habitación, el médico jefe entró, miró a la gente, llamó a Piet y le dijo en el pasillo: “Mira, yo daría ahora una inyección a tu madre, para provocarle una buena muerte. Pero sé que tú tienes otras convicciones. Por eso, necesito tu consentimiento; no quiero tener líos”. Piet no dio el permiso, y el médico no pudo aplicar la eutanasia. La madre sufrió una larga agonía. “Fue traumático –me comentó Piet después–. Ves morir a tu madre y no puedes ayudarla. Y, por encima de eso, toda la familia te echa la culpa por sus sufrimientos, y te reprocha la dureza de tu corazón”.

Realmente, hay situaciones sumamente duras. Existe el peligro de tambalearse, y es posible que caigamos, si no tenemos convicciones fuertes, muy personalizadas y arraigadas en una visión completa de la existencia.

viernes, 8 de enero de 2010

Un anuncio provida

En Italia Ford ha lanzado una campaña de publicidad basada en imágenes ya usadas en otros países, con ecoincentivos para el 2010. En este anuncio de TV se pueden ver tres "Baby Animals", como ha llamado internamente Ford esta campaña: Un oso, un elefante y un delfín. Pero la campaña tiene algo especial: Los tres animales están aún en el vientre de sus madres. El mensaje del anuncio es que si utilizamos automóviles menos contaminantes la tierra será un lugar más acogedor, no solo para el hombre sino también para todas las especies animales. Las imágenes del spot transmiten la idea de que estos seres merecen ser recibidos en un mundo tan acogedor como el vientre de sus madres.
Un períódico italiano ha escrito que nos encontramos con el primer anuncio televisivo a favor de la vida y en contra del aborto.


jueves, 7 de enero de 2010

SAN PABLO, MÁS ACTUAL QUE NUNCA



Romanos 8:31-39
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? El que justifica es Dios. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo, el que murió; más aun, es el que también resucitó; quien, además, está a la diestra de Dios, y quien también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación? ¿angustia? ¿persecución? ¿hambre? ¿desnudez? ¿peligros? ¿espada? 36 Como está escrito: Por tu causa somos muertos todo el tiempo; fuimos estimados como ovejas para el matadero. {Sal. 44:22} 37 Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, ni poderes, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro

martes, 5 de enero de 2010


POR LA LIBERTAD:

PON UN CRUCIFIJO EN TU BLOG

Manifiesto en defensa de la libertad religiosa y de conciencia, y de la herencia cultural cristiana

A día de hoy observamos, con honda preocupación y tristeza, los intentos de un sector minoritario e intolerante –pero poderoso- de nuestra sociedad de hacer desaparecer del ámbito público cualquier tipo de manifestación de carácter religioso, en especial de naturaleza cristiana. Se intenta redefinir de esta forma el derecho a la libertad religiosa desde una postura laicista radical, pretendiendo imponer y limitar el ejercicio de dicha libertad al ámbito estrictamente privado e individual.

A nivel internacional, hace unos años pudimos constatar cómo en la redacción de la fracasada Constitución Europea se evitaba hacer cualquier mención a nuestras raíces cristianas, olvidando que éstas constituyen un elemento imprescindible para entender nuestro presente. En nuestros días, una reciente sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha declarado que la presencia de los crucifijos en las aulas constituía una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y de la libertad de religión de los alumnos.

Ya en España, en los últimos años se ha marginado la asignatura de religión y se ha instaurado la obligatoria asignatura de Educación para la Ciudadanía, con una manifiesta intención adoctrinadora e ideológica por parte del Gobierno de turno. Asimismo, desde ámbitos gubernamentales se preconiza la desaparición del espacio público de cualquier símbolo religioso (el crucifijo, la biblia, el belén, etc.,), y el control exclusivo de cualquier manifestación religiosa (procesiones, actos públicos religiosos, etc). Todo lo anterior tiene por finalidad imponer el criterio laicista del Estado como el único en todos los ámbitos, desde el judicial, hasta el educativo, el moral, e incluso el religioso. De esta forma, el gobierno de turno sería la autoridad moral de la sociedad y la instancia autorizada para determinar qué conductas son tolerantes o intolerantes, morales o inmorales, y fijar sus exclusivos valores, sin atender más que a su propia ideología, negando los valores sociales y culturales permanentes -y tantas veces comunes- del resto de la sociedad.

Sin embargo, queremos hacer notar que desde hace más de 2.000 años, el Crucifijo no sólo ha sido un símbolo exclusivo de los cristianos –para los que significa sin duda la salvación realizada por Jesús a través de su muerte y resurrección-, sino también es expresión de todos los valores que aporta la civilización occidental. Tal es así, que la cruz está reflejada en las banderas y escudos de numerosos países, regiones autonómicas españolas, distintivos de organizaciones humanitarias, en los logos de numeras empresas, incluso en símbolos de grupos profesionales.

De igual forma, constatamos que en aquellos lugares donde la cruz ha sido retirada o postergada, existe no sólo una falta de tolerancia, sino que es notoria la merma democrática, y por ello, tanto la libertad como los derechos humanos subsisten de un modo muy precario o incluso llegan a desaparecer.

Por último, como mínimo exponente de la situación actual, podemos constatar que una inmensa mayoría de la población española, ya sean creyentes o ateos, ven en la cruz un símbolo de amor, entrega, esfuerzo y solidaridad, cualidades todas ellas que destacan en diversas instituciones confesionales y no confesionales que realizan una inmensa labor humanitaria tanto en nuestro país como en los países más desfavorecidos.

Por todo lo anterior, los abajo firmantes, manifestamos lo siguiente:

1. Creemos que la libertad religiosa y de conciencia es uno de los pilares de las sociedades democráticas. Su defensa y protección constituyen una de las misiones más importantes que puede realizar un ciudadano en la sociedad actual, pues el ejercicio de dicha libertad garantiza a cada persona poder establecer los criterios que han de regir todos los aspectos de su vida (familia, educación, trabajo, etc.)

2. De igual manera, consideramos que el derecho a la libertad religiosa y de conciencia, al igual que otros derechos humanos, es anterior al Estado, por tanto éste debe garantizar su protección y ejercicio sin limitaciones. Afirmamos que ninguna sociedad que renuncie a su historia, olvide sus tradiciones, consienta la destrucción de su cultura, y limite o suprima la libertad religiosa o de conciencia de sus ciudadanos, podrá subsistir en el tiempo. Así mismo, perderá su identidad y su unidad, limitando por tanto la justicia y la libertad.

3. Recordamos que dicha libertad ha sido reconocida expresamente en distintos textos y tratados internacionales.
  • a. En efecto, a ella se refiere la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, de 10 de diciembre de 1948 (art. 18); la posterior “Declaración sobre eliminación de todas formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o convicciones”, de 25 de noviembre de 1981, cuyo artículo 1, en su párrafo 1, indica que “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Este derecho incluye la libertad de tener una religión o cualesquiera convicciones de su elección, así como la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, tanto en público como en privado, mediante el culto, la observancia, la práctica y la enseñanza”.
  • b. Igualmente, este derecho ha sido reconocido en el “Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales”, de 4 de noviembre de 1950 (art. 9); en la “Convención Americana de Derechos Humanos”, de 22 de noviembre de 1969 (art. 12),
  • c. También ha sido plasmado en la “Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea”, que ha sido incorporada al Derecho comunitario europeo por el Tratado de Lisboa, firmado el 13 de diciembre de 2007, y que ha entrado en vigor el 1 de diciembre de 2009.
  • d. Ya en el ámbito de España, el artículo 16 de la Constitución fija que “se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley (1). … Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones (3).
  • e. De igual forma, la Iglesia católica también reconoce y proclama la libertad religiosa. Así, la Declaración Dignitatis Humanae del Concilio Vaticano II, nos dice en su apartado 2: “Este Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos. Declara, además, que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural. Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a convertirse en un derecho civil”.
  • f. También Benedicto XVI, en su discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático en enero de 2009, afirmaba que “una sociedad sanamente laica no ignora la dimensión espiritual y sus valores, porque la religión no es un obstáculo, sino más bien al contrario un fundamento sólido para la construcción de una sociedad más justa y libre”.


4. Por lo tanto, sostenemos que la presencia del crucifijo o de otros símbolos religiosos de secular tradición en España y Europa, en espacios comunes, no sólo no atenta contra nadie, ya que a nada obliga, sino que hace presente una realidad cultural e histórica que garantiza la existencia de un ámbito social de libertad de conciencia y religiosa entre los ciudadanos, expresando valores comunes y permanentes como el respeto a la dignidad de cada persona, la defensa de los más pobres y oprimidos, el compromiso por una sociedad justa, solidaria y libre, la invitación a actuar en todos los ámbitos de la vida de modo honesto y en el respeto de la legítima legalidad, así como tantos otros que deben no sólo mantenerse, sino ser puestos en valor tanto en la enseñanza, como en el resto de los ámbitos sociales.


5. Frente a los más diversos prejuicios, incomprensiones u hostilidades políticas, sociales y culturales, que intentan cambiar e imponer su restrictivo criterio a la mayoría de la sociedad, queremos expresar a través de la campaña ‘POR LA LIBERTAD: PON UN CRUCIFIJO EN TU BLOG”, la necesidad de no olvidar quiénes somos, de dónde venimos y cuales son nuestros valores.


6. Todos los aquí firmantes, creyentes o no, nos sentimos orgullosos de nuestra herencia cultural, de componente mayoritariamente cristiano, que ha dado forma a nuestra civilización occidental y a nuestras libertades. Una civilización que entronca con la democracia griega, con el derecho romano, con las tradiciones judías y cristianas, y en especial con Jesús de Nazaret, aquel hombre que con su vida, su muerte y su predicación cambió el rumbo de la historia universal, contribuyendo de modo notorio a la creación de la más bella y fructífera de todas las civilizaciones y culturas de la historia: la civilización occidental, a la que nos sentimos orgullosos de pertenecer.


7.
Queremos que todos estos principios estén presentes en el ámbito educativo, para de este modo contribuir a la trasmisión de nuestros valores a la próxima generación, y conseguir, finalmente, que junto a todos nuestros conciudadanos, de cualquier nacionalidad, raza o religión, construir una sociedad más justa, más unida, más razonable, y sobre todo, más libre.


En Internet, a 28 de diciembre de 2009

viernes, 1 de enero de 2010

Una buena noticia para comenzar el año 2010


El pasado miércoles, 23 de diciembre, el diario La Razón eliminaba de los anuncios sobre explotación sexual y contactos. Con esta decisión editorial, el periódico que preside Mauricio Casals demuestra que sabe renunciar a una importante fuente de ingresos que conlleva el colaborar con la explotación sexual de hombres y mujeres, compromotiéndose con la defensa de la dignidad de la persona, y denunciando las mafias de la prostitución.

La Gaceta, Qué!, 20 minutos o Público son algunos de los diarios nacionales de información general que ya habían comenzado esta lucha contra la prostitución, denunciando con ello el grave problema que sufre España, convertido como alertan los expertos en el mayor foco de atracción para el tráfico humano de Europa.

Y es que, apenas los expertos en combatir este mal certifican que nuestro país ocupa el segundo puesto en el deplorable ranking mundial de intercambio de pornografía infantil, un nuevo estudio elaborado por el Observatorio Cívico Independiente, que lleva por título El tráfico y la trata de seres humanos con fines de explotación sexual en España 2009, nos alerta de este problema "de proporciones mayúsculas" en nuestro país: España se ha convertido en el mayor foco de atracción para llevar a cabo el tráfico y la trata de seres humanos con fines de explotación sexual de toda Europa.

Respecto a la mujer en concreto, el estudio denuncia que actualmente hay 300.000 mujeres en España que ejercen la prostitución: "Algo no funciona en esta sociedad cuando está de moda regalar una prostituta para una despedida de soltero", se advierte, haciendo hacer hincapié en este aspecto ya que "si la prostitución no existiera se acabaría en gran parte el tráfico de personas". Desde el Observatorio proponen actuar sobre la figura del prostituidor, "que no cliente", puesto que se "aprovecha de una situación de vulnerabilidad" de la persona. Una labor en la que debemos resposnabilizarnos todos y, muy especialmente dado el afán de servicio a la sociedad que marca su labor y su trascendencia educativa, los medios de comunicación.

UNA PROPUESTA DE PABLO D’ORS