viernes, 26 de febrero de 2016

CUÉNTAME QUE TE PASÓ





Pues verás, siempre acontece algo cuando uno entra en el fantástico universo de las Aulas. Cada día se suceden nuevas  aventuras y episodios. Una vez un viejo profesor que nos hablaba sobre su pasión por la Enseñanza comentaba que educar supone entrar siempre descalzo y con reverencia en el Aula porque entramos en un terrero sagrado, el del alma de los alumnos, y con más motivo aquellos que trabajamos la inteligencia espiritual. Es por eso que no me resisto a usar la letra mayúscula cuando empleo términos que tocan de lleno a los alumnos como Aula, Enseñanza o Aprendizaje. Manías que espero la RAE sepa disculpar a la escritora de este humilde blog.

Uno de los momentos importantes de la clase es la esperada frase del día que veo ha prendido en los alumnos. Me he alegrado de ver en tu perfil de facebook querido Edward una frase del día de esas que te hacían refunfuñar al inicio de la clase cuando te insistía en la necesidad de "sacar ese cuadernín que tenemos a medias" y que tu perezosamente acababas siempre sacando. Ahora seguro que recuerdas ese momento con cariño, con el mismo afecto con el que yo te recuerdo.

La frase del pasado miércoles obedeció a una preocupación que me transmitía Francesc Torralba en su libro "Pasión por educar" al referirse a la actual generación de estudiantes como la más dispersa de la historia, acosada por la tendencia excesiva al mariposeo y a la multitarea. Inquieta por constatar este hecho os reté a que me explicárais la siguiente frase:

"Allí donde el agua alcanza su mayor profundidad se mantiene más en calma" del gran William Shakespeare.

Vuestras reflexiones fueron extraordinarias. Una alumna de cuarto aseguraba "Eso quiere decir que es importante conocerse uno a sí mismo. Cuanto más logres adentrar dentro de ti será cuando encuentres la paz", un alumno de segundo concluía "es en la bañera donde reflexiono sobre las cosas importantes, donde el agua es más profundo y tranquilo". 

Pero el culmen de la sintonía con lo que yo os quería decir llegó con tu reflexión Érika "nosotros descubrimos la alegría de compartir y sentirnos bien cuando salimos de fiesta y durante unos momentos decidimos amontonar los móviles sobre la mesa". Me sorprendiste. Fue entonces cuando os desvelé el motivo por el que había llevado a clase esa cesta que parece el sombrero de Mary Poppins. Os propuse convertirla en nuestro pequeño reducto antídoto contra la superficialidad, el lugar donde podríamos aparcar los móviles  para que no nos embaucaran con sus cantos de sirena apartándonos de la dicha de reflexionar juntos. Sabemos que el Reglamento de Régimen Interior prohíbe su uso en las Aulas, pero también que siempre que os empeñáis conseguís usarlo en clase ante el menor despiste del profesor.

La avalancha de watshapp mata la meditación que tan necesaria es en nuestra clase...y en todas. Sólo pensando, reflexionando es como nunca podremos ser manipulados como marionetas de feria porque percibiremos la realidad tal cual y no a través de una mera pantalla. El pensar humano, como todas las grandes actividades humanas posee sus ritmos y necesita " a gritos" el silencio.

Vuestra respuesta al experimento fue fantástica, sin amenaza de partes, sin gritos ni promesas de ninguna clase, la cesta se lleno de móviles y alguna que otra sorpresa. ¿Por qué lo hicisteis?...en mi opinión porque apelásteis al más elemental y certero sentido común. Una vez más disteis la talla


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