domingo, 12 de junio de 2016

SERVIAM



Señal de servicio y humildad. Momento de íntima unión con Dios y oración profunda


   Nuevamente África regresa a mi vida. Esta vez en forma de un sí pronunciado por mi querida amiga Katuku Mwangangi, ahora de manera solemne y perpetua llamada Hna. María Scholástica de la Stma. Trinidad. 
   Tierra de carencias y de riquezas al mismo tiempo.
   Una mujer keniata convertida en esposa del Señor. 
  Hoy hemos acompañado a toda esa comunidad de Agustinas Contemplativas del Monasterio de Santa María Magdalena de Medina del Campo a la que tanto debemos mi familia, amigos, y yo. Y no he podido por menos que emocionarme al verlas a todas tan exultantes de gozo por la nueva hermana que se ha incorporado de manera plena a la comunidad. La ceremonia ha estado presidida por D. Ricardo Blázquez, Arzobispo de Valladolid que ha dirigido unas palabras llenas de esperanza y repletas de sentido sobrenatural "Eres un ejemplo hermana, con tu compromiso y vocación le estás diciendo al mundo que es posible vivir con plenitud sin adorar al señor dinero, que se puede ser feliz teniendo sólo a Dios en tu vida, estás mostrando que es posible entregar tu vida desde una opción por la castidad". El gran regalo de la vida contemplativa.



    Recuerdo la primera vez que descubrí aquel monasterio. El instituto donde yo impartía clase - mi primer destino - era -y sigue siendo - un magnífico palacio renacentista sito en la Calle Santa Teresa, justo enfrente de este Convento. Como soy mujer curiosa y algo trotaconventos no resistí la tentación de conocer a esta comunidad con la intención de llevar a mis alumnos a visitarlas. Llamé al timbre, y una voz jovial me contestó al otro lado: "Sor Telma", creí entender, y no pudo por menos de extrañarme tan cinematográfico nombre para una monja de clausura pero lo atribuí a un efecto colateral de la renovación eclesial del Concilio Vaticano II. Cuando conocí a la dueña de la hermosa voz y le llamé por aquel nombre me sorprendió la fresca carcajada que aquella mujer de tez blanca dejó escapar sin recato "¿Sor Telma?...no mujer, esa es la de la película Telma y Louise". Desde aquel momento quedé fascinada por el carisma de esta mujer que se ha convertido en una de mis mejores amigas "Sor Berta". Ella fue la que me envió la invitación para asistir a la Profesión Solemne de Sor Schola - para los amigos - ya que Sor Berta ejerce el ministerio de maestra de novicias y ha preparado a la radiante nueva monja para la importante decisión que hoy ha tomado. Y su  invitación nos ha proporcionado la posibilidad de saborear un pequeño trozo de cielo.
   La ceremonia - acompañada por los cantos de integrantes de la Escolanía de El Escorial - ha tenido todas los momentos que se viven durante una celebración nupcial: el si quiero, la profesión, bendición solemne, entrega del anillo y la incorporación a la Orden. Momento impactante cuando la nueva hermana ha estado tumbada con los brazos en cruz invocando al Espíritu que envía muchas "obreras" a la mies. Acertadísimo el recuerdo que la Hermana ha tenido para los misioneros que evangelizaron su tierra y le descubrieron la belleza de ser hija de la Iglesia. ¿Cómo nos emocionamos verdad María?
No pudimos evitar que las lágrimas hicieran acto de presencia. Allí estaba sucediendo algo grande. Gracias por haber tenido la suerte de poder abrazar a mi amiga y participar de este momento único.
 Otro regalo...y ya van unos cuantos...

Dulces abrazos y alegría que desborda

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