viernes, 22 de mayo de 2020

EL ABRAZO DE CRISTO



La llamada impactó como fragor silencioso al caer de la tarde. Era uno de aquellos días de abril de severo confinamiento. Se trataba de la hija de una moribunda a la que el cáncer había ganado la batalla. Precisaba el auxilio del último sacramento. Una sola llamada bastó para que él se lanzara a la calle desafiando peligros y venciendo recelos con el fin de  llevar el consuelo y la paz a aquella cristiana en sus últimos momentos. El hombre, que estos días ha colgado diariamente la misa en su canal de YouTube es el  sacerdote. D Jenaro Barreales, mi párroco.

Otro hombre.
En  el hospital ha estado noche y día atendiendo enfermos, propiciando sonrisas, llevando su energía desbordante por dependencias y lechos donde yacentes anclados en la incertidumbre de un enemigo desconocidos clamaban consuelo desde un fría soledad. Tras largas horas de guardia aún sacan tiempo para pensar en sus feligreses confinados cuidando de mantener alta la moral en una lucha sin tregua por mantener vivas memoria y tradiciones a través de interesantes vídeos cercanos y divulgativos y colgando la misa y devociones marianas también en YouTube . El sacerdote es Óscar Rodríguez, uno de los capellanes del hospital de León y párroco de la Unidad Pastoral de Matallana de Torío, donde está mi pueblo, El Barrio de la Estación. 
Ambos, como tantos otros, han mantenido un contacto real y virtual que se ha convertido un un abrazo continuo. El abrazo del mismo Cristo.

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