domingo, 8 de abril de 2018

LA VICTORIA DE COLETTE.



He visto en un vídeo de internet  la Serena y luminosa sonrisa  de Colette al tomar posesión de su espacio en la dependencia donde se disponía a leer la tesis. Esta profesora jubilada de geografía e historia fue eco en los medios de comunicación al conseguir la alta distinción académica de doctorada cum laude a la edad de 91 años. Tras la comunicación del resultado la nueva doctora bromeaba comunicando a la prensa que no buscaba trabajo.
La neuroeducación es una nueva disciplina en auge dentro del mundo de la docencia y el aprendizaje.
Supone una visión de la instrucción basada en y los conocimientos acerca de cómo funciona el cerebro. Para un profe es fundamental conocer cómo funciona la cabeza de sus alumnos ya que le permitirá ayudar al diagnóstico precoz  de  problemas neurologicos y psicológicos que interfieran e impidan a los niños  aprender.
Pero  una de las cualidades de ese órgano vital es que es plástico e increíblemente moldeable cambiando a lo largo de todo el proceso vital de cada ser humano. Efectivamente, la plasticidad es una propiedad cerebral genéticamente programada que se adapta a las vivencias existenciales de cada ser humano. Y lo más importante es que aunque varía en función de la edad no se pierde la capacidad de aprender nunca . Y Colette es buena muestra de ello.
Ahondando en su trayectoria descubrimos que esta profe anciana se dedicó a alfabetizar a trabajadores inmigrantes impartiéndoles de manera gratuita clases de francés en  la ciudad de Besanzón, capital relojera francesa, donde residían . Posteriormente desarrolló su tesis justamente sobre la problemática de esos inmigrantes.
Ahora cuando su reloj biológico le anuncia la hora de lo que para muchos sería reclusión y reposo ella ha eclosionado resucitando un sueño de treinta años que le ha llevado a hacer un trabajo científico y riguroso y multidisciplinar.
Seguramente hubo momentos de desánimo, de aparcar investigaciones para atender prioridades, obligaciones familiares que atender, problemas inmediatos que resolver, tristezas que curar y gozos que celebrar pero al final fue posible el sueño. Esta deliciosa nonagenaria cuyo nombre significa victoria del pueblo ha vencido al tiempo y la vida. Victoria, cum laude, tiempo pascual,  menudo cúmulo de casualidades. ¿Quien dijo muerte?

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