domingo, 26 de marzo de 2017

Paloma. De Madrid al cielo


Desbordaba bondad y señorío.
Gracejo y chulería natural.
Era aguerrida y risueña.
Castiza madrileña. Por algo la llamaron Paloma.
Fue la primera periodista femenina en obtener una corresponsalía en el extranjero. Este hecho la hizo recalar a golpe de tarantella en uno de los países más hermosos del mundo. Roma y el Vaticano se convirtieron en nido permanente donde nuestra entrañable reportera fraguó su vida personal y profesiona
La recuerdo como una de esas voces que acompañaron mi infancia desde la ventana animada que todos los días colaba el mundo exterior  al salón de mi casa. Siempre me pareció una mujer distinta quizá porque sus gestos y palabras rezumaran humanidad, la que siempre supo captar en sus crónicas de pontífices petrinos. Porque fueron varios sucesores de Pedro los principales protagonistas de sus crónicas: Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
 En cierta ocasión tuve la suerte de escucharla en León.
Haciendo honor a su nombre fue Paloma mensajera de la Buena Noticia de manera infatigable. De hecho fueron 29 las veces que sus alas se extendieron dando la vuelta al mundo.
Pero ahora le ha tocado volar a un sitio distinto donde todas las noticias van a ser buenas porque esa es la principal cualidad de ese Padre que a todos nos espera con los brazos abiertos y la sonrisa plena: la bondad. 
Arrivederci
Buen viaje Paloma: de Madrid al cielo.

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