El muchacho ya no sabía que hacer para llamar la atención.
Ya al comenzar la clase me recibió a la puerta rebozado de tiza.
Luego le dió por saltar por encima de las sillas, a continuación se subió a una mesa y al final - termiandos todos los recursos posibles para ser sancionados - se sentó en el suelo y apoyado en la pared acultó la cabeza encogiéndose como un ovillo.
Parecía querer decir ¡estoy aquí! ¡hazme caso aunque sólo sea para castigarme!
La providencia quiso que a los pocos días me lo cruzara por los pasillos del instituto y trabara conversación con él. Una vez más se repetía el patrón que acompaña este tipo de comportamientos que en el argot docente llamamos disruptivos: una progenitor que abandona el hogar, el otro que permanece ausente del nido superado por los daños colaterales o acuciado por las deudas que ha provocado el abandono y una diáspora del resto de la comunidad familiar repartida por doquier que provoca desarraigo en todos los que la padecen.
Parecía querer decir ¡estoy aquí! ¡hazme caso aunque sólo sea para castigarme!
La providencia quiso que a los pocos días me lo cruzara por los pasillos del instituto y trabara conversación con él. Una vez más se repetía el patrón que acompaña este tipo de comportamientos que en el argot docente llamamos disruptivos: una progenitor que abandona el hogar, el otro que permanece ausente del nido superado por los daños colaterales o acuciado por las deudas que ha provocado el abandono y una diáspora del resto de la comunidad familiar repartida por doquier que provoca desarraigo en todos los que la padecen.
Tras relatarme fríamente su historia mi pobre alumnos permanecía con la mirada perdida, quizá soñando con una situación idílica. Sus últimas palabras antes de finiquitar la conversación fueron:
"yo solo quiero estar con mi hermana".
"yo solo quiero estar con mi hermana".
Historias que se repiten con frecuencia en las aulas. Escolares atenazados por las consecuencias de rupturas familiares que nadie quiere pero que provoca desgarros.
La familia. Ese lugar en el que te quieren tal como eres y por lo que eres. Base de la vida y educadora principal de las futuras generaciones de este país. Sólo en ella el individuo encuentra el caldo de cultivo para crecer feliz. Un lugar donde se enseña la gratuidad, se refuerza la autoestima, se aprende a convivir y a pedir perdón
¿Acaso existe una red social mejor que la que genera una familia unida?
¿Acaso existe una red social mejor que la que genera una familia unida?
Por eso sólo cabe hoy dar gracias por formar parte de una familia como la de Nazaret. Ruego a ella por todos aquellos que como mi querido alumno ansían vivir en un hogar comunión de amor como el que tuvo Jesús.
FELIZ AÑO NUEVO...OJALÁ PODÁIS CELEBRARLO EN FAMILIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario