viernes, 11 de febrero de 2022

RACIÓN EXTRA.


 

Joven de mirada tierna entre esquiva y descarada.

Sobre una colina de tres platos despachados porfía en pedir más alimento en el comedor de las almas solitarias. Tarde de viernes. Por doquier los comensales perdidos satisfacen su necesidad básica. 

Se acerca por tercera vez.

Más sal, doble de pan y tercer trozo de tarta.

“Es que hoy no comí”, se disculpa azaroso.

Y regresa a la mesa triunfal tras haber logrado su extra de alimento.

No está acostumbrado a muchos logros.

Se santigua y extiende la mano hacia el cielo en señal de agradecimiento.

Adivino una sonrisa,  tras su espalda, dibujada en su rostro.

Es feliz.

Y yo, en ese momento también.


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