viernes, 7 de enero de 2022

EPIFANÍA

 Epifanía.


La abuela Epifanía.





                                        Mis primos Luis, Jesús  y Fernando. La tercera generación. 

 

Mi abuela se llamaba Epifanía.

Seguro que nuestros queridos oyentes recuerdan el nombre de la lejía Rebeca tan unida  a la ciudad de León. 

Ella fue su fundadora.

Pero lo que realmente admiro de ella es su bondad. 

En su mesa nunca faltó un pobre que llevarse comida a la boca.

Dicen que el nombre imprime carácter y en el  caso de Doña Epifanía este  aforismo acierta plenamente porque aquella entrañable mujer del moñín blanco era para los necesitados que compartían viandas con mi padre y sus ocho hermanas y hermanos, una verdadera manifestación del amor de Dios.

Mi padre me contaba que nunca faltaba un pobre en la mesa.

Amor regalado sin duda como ese que estamos experimentando estos días de Navidad desbordado en torrentes de ternura como las risas de los niños mientras abren sus paquetes tras la noche de Reyes. Amor De Dios, como el que los magos adoraron bajo la forma de un niño en la Cueva de Belén.

Corazones generosos. Ojalá nos tropecemos con muchos durante todos los días de este año que comienza. Feliz 2022.

 

 

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