Acudí el pasado viernes al Cine a Valladolid con mi amiga Carmen. Sabía que iba a disfrutar recibiendo un bálsamo idóneo para aplicar en la herida que han abierto los lamentables hechos que venimos conociendo estos últimos meses. Y me encontré con un documental dinámico, actual, trepidante. Una aventura maravillosamente narrada: con humor e ironía, desafiante, profundo, incisivo. Narra la vida coherente de una persona que derramó hasta su último minuto siguiendo las huellas de Cristo hasta su última cima. Un cura que amó profundamente al Señor.
Y ahora van a estrenarlo en León. Nada más y nada menos que el próximo viernes 2 de julio en los Cines Van Gogh.
¡Voy a volver a verlo!¿Y me llevaré a mis amigos!!Seguro!. Las buenas noticias hay que contarlas
bien, bien!!en cuanto llegue a León me apunto!!
ResponderEliminara qué hora dices que es?
ResponderEliminarSe retrasa el estreno al viernes ¡cosas de la cartelera!. Me han dicho que son 2 sesiones, a las 19:00 horas y a las 22:00. Cuando lo sepa seguro lo confirmo por este medio. Muchas gracias
ResponderEliminarSer ateo es muy duro porque te obliga a pensar por ti mismo lo que las religiones ya tienen resuelto con una receta sencilla, válida para todos los públicos. Por ejemplo, si eres ateo, puedes llegar a pensar que los que creen ciegamente en la existencia de una virgen madre que parió a un dios que se engendró a sí mismo, y que cuenta con la facultad asombrosa de poder ser comprimido en una hostia de pan, gracias a los salmos de un sacerdote… si eres ateo, digo, puedes llegar a pensar que los que creen en semejante disparate son tontos de remate.
ResponderEliminar¡Ah! Pero si eres creyente ocurre una transmutación tal que los que te parecen estúpidos son los ateos. Yo, por ejemplo, estoy enormemente arrepentido de ser ateo, porque a mi alrededor hay muchos más fieles que piensan que el imbécil soy yo. Y eso es muy incómodo.
Yo soy creyente y te aseguro que no pienso que los ateos sean imbéciles, ni mucho menos, precisamente el creer a Jesús de Nazaret me lleva a ver a los demás, ateos o no, como hijos de Dios, merecedores del máximo respeto por ello.
ResponderEliminarY desde luego que ser creyente tampoco es sencillo, en absoluto.
Querido anonimo-ateo: tal como lo cuentas...tienes razon: que pedazo de disparate!!! Yo alguna vez tambien he pensado algo parecido; hasta me llegaban a dar pena los buenos sacerdotes que conocia: tan inteligentes, tan buenos, tan entregados...¿y si todo era una patraña? ¿como podian -podiamos- estar tan engañados?
ResponderEliminarPues ahi te dejo con tus dudas y mis perplejidades. Prueba a preguntarselo a Dios.
¿Que si contesta? Pues...si, pero cuando quiere El. Hay que saber esperar (y querer escuchar, claro).
Buena suerte.