domingo, 8 de septiembre de 2024

CAMINO AL INSTITUTO


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 Camino al instituto. 

Por Marta Redondo para DMV Cope 6 de septiembre.

Cada día, de camino al instituto, atravieso un prado inmenso que se abre ante una explanada despejada que deja ver, en lontananza, el edificio a lo lejos. El mío es un centro educativo de secundaria que vive al lado de un colegio de infantil y primaria. Vecinos educativos, profesores de distintos niveles muy próximos. Incluso compartimos algún docente.

Ahora, a principios de curso, han segado el prado, y se ve yermo y uniforme, cuajado de piedras. Están ahora los caminos sin identidad, desnudos, indómitos, como esos alumnos y alumnas que para muchos de nosotros son desconocidos y anónimos. Rostros y corazones  aún por descubrir. Terreno de siembra, sin abono ni riego. Aún plagado de malas hierbas que crecen sin orientación ni alimento. Son desoladores los caminos que me reciben, como esos temores que secuestran a veces el ánimo estrangulando los buenos deseos. 

Pero al pronto recuerdo cómo se ve este prado al retorno de la primavera, pleno de flores y de vida, preñado de una belleza salvaje y multicolor que perfuma cada rincón de sueños adolescentes. Cielos azules que planean sobre el campo y dulces sones de pájaros que rezuman plegarias  de agradecimiento por el fruto de la siembra.

Así que será bueno pensar en este camino como una promesa de siembra esperando el despuntar de las promesas. 

Hermosa tarea la del educador que inspira, cuida, recomponer redime y reedifica. 

Hermosa profesión que se deja tentar por la juventud de unos niños y jóvenes que siempre insuflan vida y renovación. 

Gracias señor por hacernos partícipes de este camino de vida.

¡Buen curso, amigos.!


SE DESPEREZA LA CIUDAD