Grandes y hermosos eran tus ojos negros. Llenos de una hondura y profundidad que fascinaba. Llenabas la sala de profesores con una presencia que desbordaba. Bata blanca de profesora de antaño. Trabajabas con ahínco para dar lo mejor de ti a los alumnos. Ellos te querían. Nos reconocimos. Ambas amábamos esta profesión. Aunque nunca hablamos demasiado de Dios no lo creí necesario porque cada vez que charlábamos lo veía reflejado en tus ojos pese a que tu confesarás no saber mucho de ese tema. Y en esos ojos infinitos descubrí una mañana una profunda tristeza que siempre quiso asomarse como queriendo pedir paso. El fantasma de la enfermedad revoloteaba sobre tus negros cabellos como buitre esperando devorar tu vida. No te lo encontraron en la revisión rutinaria. Pero allí estaba el cáncer devorando tu femineidad. Al final decidiste irte antes de tiempo. No fue posible esperar al término natural. La desesperación te ganó la partida. Y aun hoy me lamento preguntándome si pude hacer algo para devolverte la esperanza mi querida amiga. Pero creo firmemente que la historia ha tenido un final feliz...es justo y necesario pensar que asi sea...gracias por todo.
Belleza. Quiero captarte en esos instantes para apropiarme de un poco de eternidad...
domingo, 21 de octubre de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
PRIMER AMOR
Es una ternura verles escribirse versos de amor. Amor de niños que despiertan a la primavera. El niño que juega a hombre calándose una vi...
-
Marta Redondo · LA PRIMERA CLASE La primera clase COPE León 4 sep 2020 Esta primera clase tiene que ser distinta. Imposible empezar como...
-
Libertador de Nazaret Por Marta Redondo para COPE León. DMV Hay una bonita canción de Adviento que se dirige al Señor como el Libertador...
-
Si hay una institución que podamos considerar corazón de nuestra iglesia diocesana es Cáritas. Ella es la que atiende a los más desfavo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario