Llamada a capítulo.
Seguro que han escuchado la expresión, “fue llamado a capítulo” cuando a alguien se le requiere para revisar algún comportamiento o incluso corregir alguna actuación.
En el seno de una orden religiosa, un capítulo general es una reunión de todos los miembros de la congregación fundamentalmente para invocar el auxilio del Espíritu Santo sobre su quehacer y centrarse en una reestructuración que ofrezca una respuesta nueva y siempre generosa en cualquier época, siempre en constante cambio. Una de las prioridades de cualquier institución que se embarca en esta revisión, es velar por conservar la fidelidad al carisma propio de la orden.
Y estos días y hasta el mes de septiembre, la Orden Dominica, anda preparando su Capítulo General. Reunirá aquí en León a hermanas llegadas desde los cuatro continentes donde la congregación está presente, sobre todo en Asía. Entre ellas imagino a mi amiga Sor Lucía Santos, antigua delegada de misiones de esta diócesis, cuyo celo apostólico y fidelidad siempre me ha impresionado.
Y esta semana, casulamefe, he recibido la visita de Fray Tomás Pío de María, un joven fraile de tan solo veintiocho años del que ya les hablé recientemente por haber asistido a su profesión solemne en Bolonia, y que ha venido a conocer al Padre Antonio, fraile dominico de la Virgen del Camino que ha intercedido por él. Coincidió también en el encuentro Padre Luis Miguel, prior de un convento en la provincia de Palencia. Un fraile cuya alegría desbordante nos hizo reír a mandíbula batiente frente a la casa residencia de los padres dominicos en la Virgen del Camino. “La profesión va por dentro” bromeaba. La alegría era intensa, por el encuentro, por la ilusión, por las ganas de compartir, esa alegría sincera que se traducía en risas llanas que llenaron por un momento el espacio, tanto que por un momento pensé que quizá alguien fuera a llamarnos a capítulo.
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