sábado, 4 de abril de 2020

A NORMAN LE DA IGUAL


A cualquier hora puedes verle emerger.
Sibilinamente sube la escalera, con las manos vacías. Subrepticiamente. Regresa recién huido, como clandestino transeúnte que infringe reglas.
Ese rostro inexpresivo como de estar al margen.
Apenas saluda, pero no por vergüenza. Nunca lo hace y menos ahora que va de vacío. Demasiada exposición.
Como el quinto de la tarde que embiste y desafía. Sin mascarilla. No quiere participar en la mascarada.
Será de los que luego se fanfarronee jugando la partida con los amigotes puro en boca.
“Ni el estado de alarma logró doblegarme”
No tiene perro pero le da igual. Se lo inventa.
Podría enfadarme pero me río. No huye del corona sino del hastío.
Norman no sabe de normas.
Ni falta que le hace.

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