domingo, 21 de abril de 2019

LA CENICIENTA


Columna de lunes 22 de abril de 2019

La Nueva Crónica de León 

Por Marta Redondo.

Antes de que  puedan extenderse por contagio algunas  prácticas expurgatorias como las que han adoptado en   las bibliotecas de  algunos centros escolares allá por el noreste de España donde se han liado a retirar cuentos infantiles comoLa bella  durmiente o Caperucita Roja por considerarlos “tóxicos” para los retoños,  será bueno recordar este célebre cuento que ha hecho las delicias de generaciones de niños. Una de las versiones más conocidas es la del francés Charles Perrault. Narra la historia de una joven, tiranizada por su madrastra y humillada por sus hermanastras, que ha perdido hasta su nombre y a quien todos llaman Cenicienta por su sucio aspecto, pues su cama son las cenizas de la chimenea. Y de cenizas hemos hablado durante los últimos días al hilo del triste incendio de la catedral francesa, una tristeza que nos permitió empatizar con el dolor  galo recordando un hecho similar que nuestra pulcra leonina padeció aquel 29 de mayo de 1966. Y en seguida surgieron las comparaciones, inevitable práctica tan humana como los sentimientos de celos y envidia que el parisino Perrault nos cuenta en su versión de Cenicienta. Respecto a nuestro incendio, cuentan  las crónicas que fue el cantero Seoane, conocedor de los entresijos arquitectónicos de esa catedral  galana, quien advirtió rápidamente a los bomberos de León, Valladolid, Palencia, Asturias, Santander y otras provincias limítrofes que no sofocaran el incendio con agua. Bien sabía el artista que las bóvedas de nuestra  catedral gótica se sostenían , en un milagroso equilibrio, gracias a la ligera   piedra porosa, llamada toba calcárea.  Si se le hubiera echado  agua en demasiada cantidad, la sedienta piedra hubiera absorbido líquido  cual esponja, aumentando el peso de  la estructura  convirtiendo una inteligente  solución inicial  en garantía de desplome; el incendio de León de 1966 fue un ejemplo de ello, al evitar Seoane que se utilizara más agua y dejar que se extinguieran los rescoldos. Conocemos estos datos gracias a la catedrática de Patrimonio Histórico y Documental de Historia del Arte en la Universidad de León María Victoria Herráez Ortega tal y como se recoge an algún medio digital.
Las redes sociales han catalizado pronto las informaciones del rescate económico de la catedral de Notre-Dame. Ya son cientos los millones de euros anunciados para su restauración. Mientras,  por estos lares legionenses,  aún continúan los ecos de la campaña popular iniciada en 1992 para captar  fondos para una nueva restauración llamada 'Salvemos la Catedral' .  La actual restauración del rosetón de la fachada principal , va a costar medio millón de euros y es vox populi que el apoyo de las  administraciones públicas siempre ha sido parco.
 Di que es que igual nuestra Cenicienta catedralicia aún no ha bailado con el príncipe adecuado, o tal vez será cuestión de cambiar de hada madrina. Lo mismo después de estas elecciones encontramos una varita que la salve o tal vez una pascua que nos la resucite.

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