domingo, 4 de junio de 2017

NO CORTES LAS MARGARITAS




Mientras miraba tu verde jardín repleto de vida reparé en la legión de margaritas sembradas en el césped.
Jugueteaban coquetuelas cimbreadas por la brisa que llegaba de lejos.
Hermosas danzarinas encaprichadas con las caricias invisibles del aire.
Te pedí que no las cortaras. ¡Se veían tan hermosas exhibiendo su belleza simple en mitad del doméstico vergel!
Dijiste que era necesario para lograr la uniformidad del suelo. La corrección de las formas. La rigidez de un espacio correcto y habitable para cualquier visitante respetable.
Pero yo no lo era, ni quería serlo, así que no me importunaron aquellas simples flores diseminadas por tu pequeña pradera.
No importa que cercenaras sus vidas.
Volverán a crecer. De la misma manera que renació aquella enredadera que un día plantaron en mi huerto. Fue capaz de resistirlo todo. Hasta la cal viva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

PRIMER AMOR

  Es una ternura verles escribirse versos de amor. Amor de niños que despiertan a la primavera. El niño  que juega a hombre calándose una vi...