miércoles, 23 de noviembre de 2016

PUZZLE










Amanece sobre Madrid.
La ciudad se despierta al ritmo de los sonidos que emiten los primeros operarios que pueblan las calles.
En un rincón, pertrechado bajo un cartón desvencijado descansa Luis. Hoy  la noche ha sido tranquila. No siempre es así.
El claxon del repartidor le despierta sobresaltándolo.
No es la primera vez.
Luis se levanta a duras penas lamentando el doloroso entumecimiento de unos huesos que no conocen colchón desde hace una buena temporada.
Ha conseguido asearse en una fuente cercana. Es lo que tiene el verano. Hoy no le apetecía ir hasta el albergue a ducharse. Está bastante lejos y a menudo hay que hacer colas.
Pero quiere estar digno. Siempre ha sido algo presumido.
¡Qué bien sabe el café mientras lee los anuncios de la columna "se necesita" del periódico!
Cualquiera que pase a su lado no sospecharía las miserias que el pavimento ha echado sobre sus espaldas.
Marca un número telefónico.
Al otro lado una operadora le hace varias preguntas sobre el puesto de trabajo...y entonces llega la pregunta de siempre...la jod... pregunta de siempre.
Llegó la hora de contestar...48 años.
No hay más que hablar...se acabaron las preguntas. Demasiado mayor. La mujer no lo dice...pero ya no le pregunta nada más.
Luis no recuerda las cuentas de rosario que se han deslizado por sus dedos implorando que su suerte cambie.
Ha sido militar profesional, estado en varios países: Colombia, Perú, Brasil. Ha visto la pobreza que hay allí. En estos sitios todos son iguales, no hay distinción entre ricos y pobres - asegura - . Pero aquí a nosotro nos rechazan.
La sociedad debe darse cuenta de que nosotros somos esa pieza del puzzle que falta para que todo funciones. Nosotros queremos trabajar, no queremos dormir entre cartones.
Y entonces Luis se acuerda de las Bienaventuranzas, esas que dicen que de los pobres de espíritu es el Reino de los Cielos.
Y Luis sueña con salir de su espiral de pobreza algún día. Su cara trasluce las cicatrices que la vida ha ido dejando en su alma
De un futuro en que sus 48 años ya no sean un impedimento sino una suerte.

Esta es una historia real. Aparece entre otras muchas en el vídeo que encabeza mi entrada de hoy.

Una historia que desgarra por cierta.

Los alumnos de Bachillerato vieron este audiovisual en la clase de Religión del pasado lunes. Vicente, el responsable del Voluntariado de Cáritas León se lo enseñó. Y les habló de una teoría de la que nunca había oído hablar: la teoría de los sucesos vitales estresantes: a todos en nuestra vida nos acaecen por término medio cuatro sucesos vitales que determinan nuestro futuro.

 Un ejemplo: Me deja la novia, y entre las múltiples opciones posibles comienzo a beber, me despiden del trabajo, no puedo asumir la hipoteca y me echan a la calle.

No se si eso es lo que le pasó a Luis. Lo que si se es que mientra lo escuchaban el alumnado permanecía en un significativo silencio, y os puedo asegurar que no es su estado habitual.

Al finalizar apuesto a que mirarán a los sin techo de otra manera.

Hoy hemos pedido voluntarios entre los alumnos para la campaña de Navidad que cada año realiza Cáritas
La inmensa mayoría de ellos alzaron su mano para decir si.



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