miércoles, 23 de marzo de 2016

A LA VUELTA DE LA ESQUINA ESTÁ LA PRIMAVERA




   La grandeza de la Fe que yo profeso es la creencia en que después de las tinieblas, la zozobra, la desazón, esa angustia que corroe el alma y desmadeja el ánimo hay algo que me sustenta. Una mano poderosa que rescata del fango y devuelve el ánimo y la dignidad. Que restablece la sonrisa perdida y vivifica el interior. Devuelve esperanzas. Recupera la confianza tras las distancias que nos vencieron  y enaltece nuestra vida resquebrajada por debilidades fruto de inseguridades. 
   Miro las llagas de ese Cristo que se dejó clavar impunemente pudiendo librarse de todas aquellas terribles angustias a que le sometieron.
   Mañana jueves Santo. Si tu lo quieres y yo respondo estaremos juntos, y te agarraré fuerte de la mano creyéndome que te haré favor alguno cuando en realidad , como siempre, serás tú el que me lo harás a mi al sostenerme como siempre lo has hecho.
  ¡Déjame que vele junto a ti Señor!. Sólo así estaré segura de que me habré ganado esa primavera que me está esperando a la vuelta de la esquina. La misma que un día te esperó a ti devolviendote la VIDA

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