sábado, 9 de febrero de 2013

LOS SACRAMENTOS DE LA VIDA



Lentamente resbalaban las lágrimas por su mejilla mientras pretendía despejarlas con sus pequeñas manitas.

.- ¡No es justo!(Una de sus expresiones favoritas). 
Ese coche es como de la familia. Yo nunca he conocido otro. Allí estuve yo nada más nacer cuando me trajisteis del Hospital. También estuvo Cecilia. Nos ha acompañado en nuestros viajes. Creo que no voy a olvidarlo nunca. ¡Mamá le quiero como si fuera un miembro de mi familia!. Me siento triste mamá ¡muy triste!.
Hablamos de un viejo Peugeot 405 modelo exclusive con casi 20 años. Implacablemente  maltratado por el tiempo, sin parte de sus molduras. Los bombines de las puertas inservibles y  el ventilador de la calefacción hace tiempo que se paró. Ruidoso y viejo.

Y la desaparición de esa vieja reliquia ha enturbiado la felicidad de mi pequeña...

Y entonces comprendí lo que dice Leonardo Boff en ese pequeño libro que un buen amigo me ha regalado: ese coche habla de la historia familiar. Fue entrando cada vez más en la familia. Al final era un hijo más rodeado de cariño. Y hasta hace poco seguía ahí todavía , hablando y recordando en la fidelidad de "no habernos dejado nunca tirados" tantos instantes mágicos de armonía familiar.

Rebeca ha percibido perfectamente todo eso. ¿Cuantos adultos podrían percibirlo?. Sólamente los niños o los que son como ellos atisban las cosas desde dentro percibiendo esa grieta por la que penetra en las cosas una luz superior. La luz ilumina las cosas, las hace diáfanas y transparentes. Como el corazón de un niño que es capaz de emocionarse y emocionar a los que convivimos con ellos.

Hoy haciendo la lista de la compra ella aportó su particular ruego a la lista de encargos. ¿Que qué pidió?
La respuesta en la imagen superior.

1 comentario:

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