martes, 20 de septiembre de 2011

Benedicto XVI explica en la TV pública alemana cómo llegar a Dios







En una intervención ante la próxima visita a su país natal del 22 al 25 de septiembre

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 18 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- En una intervención en la televisión pública alemana ARD, Benedicto XVI explicó que en su próxima visita a Alemania tratará de impulsar la capacidad de percepción de Dios y mostró ya algunas maneras de llegar a Dios.


En su intervención, emitida este sábado al anochecer y grabada unos días antes en Castel Gandolfo, el Papa destacó que este próximo viaje “no es turismo religioso ni mucho menos un show”, sino que “debería tratarse del hecho de que Dios vuelva a nuestro horizonte, este Dios tan a menudo totalmente ausente, a quien sin embargo necesitamos tanto”.

“Quizás me preguntaréis: “¿Pero Dios, existe? Y si existe, ¿se ocupa verdaderamente de nosotros? ¿Podemos nosotros llegar hasta Él?”, planteó.

Y respondió: “Sí, es verdad: no podemos poner a Dios sobre la mesa, no podemos tocarlo como un utensilio o tomarlo en la mano como un objeto cualquiera”.

Según el Pontífice, “debemos desarrollar de nuevo la capacidad de percepción de Dios, capacidad que existe en nosotros”.

En su intervención para Wort zum Sonntag [La palabra del domingo, n.d.r.], explicó ya algunas maneras para llegar a Dios.

Intuir, escuchar y casi ver a Dios

“Podemos intuir algo de la grandeza de Dios en la grandeza del cosmos -explicó-. Podemos utilizar el mundo a través de la técnica porque éste está construido de manera racional”.

“En la gran racionalidad del mundo podemos intuir el espíritu del creador del cual proviene, y en la belleza de la creación podemos intuir algo de la belleza, de la grandeza y también de la bondad de Dios”, añadió.

Prosiguió indicando que “en la Palabra de las Sagradas Escrituras podemos escuchar palabras de vida eterna que no vienen simplemente de los hombres, sino que vienen de Él, y en ellas escuchamos su voz”.

“Y finalmente, vemos casi a Dios también en el encuentro con las personas que han sido tocadas por Él”, destacó.

“No pienso sólo en los grandes: desde Pablo a la Madre Teresa pasando por Francisco de Asís; sino que pienso en tantas personas sencillas de las que nadie habla -añadió. Sin embargo, cuando nos encontramos con ellos, de ellas emana algo de bondad, sinceridad, alegría y sabemos que ahí está Dios y que Él nos toca también a nosotros”.

“Por eso, en estos días queremos empeñarnos en volver a ver a Dios, para volver nosotros mismos a ser personas por las que entre en el mundo una luz de la esperanza, que es luz que viene de Dios y que nos ayuda a vivir”, dijo a sus connacionales.

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