jueves, 20 de agosto de 2009

LAS CUATRO ESTACIONES


Un hombre tenía cuatro hijos. quería que aprendieran a no precipitarse en juzgar las cosas rápidamente. Entonces les envió a cada uno por turno a ver un árbol de peras que estaba a una gran distancia. El primer hijo fue en invierno, el segundo en primavera, el tercero en verano y el hijo más joven en otoño. Cuando todos había ido y regresado, los llamó y les pidió que describieran lo que habían visto. El primero mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido. El segundo dijo que no, que estaba cubierto de brotes verdes y lleno de promesas. El tercero no estuvo de acuerdo y dijo que estaba cargado de flores, que tenía un armona muy dulce y que resultaba muy hermoso tan repleto de pájaros cantando melodiosamente. El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos sólo había visto una de las estaciones de la vida del árbol y que no debían juzgar a un árbol o a una persona por sólo ver una de sus temporadas.
No juzguemos la vida por tan sólo una estación o época difícil.

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